En Pattern Energy nos tomamos muy en serio nuestro compromiso de apoyar a las comunidades en las que operamos.
Los miembros de nuestro equipo viven y trabajan en las comunidades a las que servimos y, de vez en cuando, nos gusta presentar a un miembro de nuestro equipo de Pattern Energy a nuestros vecinos.
A este respecto, les presento a Jake Hull: vaquero, artesano de espuelas artesanales, director de instalaciones, marido y padre.
(i-d) Avereigh, Jake, Kelsey y Tenley
Jake Hull es el nuevo Facility Manager (FM) de Panhandle Wind, ascendido desde su anterior puesto de Assistant Facility Manager (AFM).
El camino hasta llegar a dirigir el equipo de Panhandle Wind no fue recto, pero sí interesante.
«A eso me refiero», continuó. «El equipo me ve y ve a alguien que se ha abierto camino, alguien que se lo ha ganado. Mi equipo sabe que si hay trabajo por hacer, no pediré a nadie que haga lo que yo no haga. Me ensucio las manos. Me gusta ser el primero en entrar en el campo y el último en salir. Eso es para mí el liderazgo. Estoy aquí para mostrar al equipo lo que es posible en sus carreras, y para ser un buen ejemplo de liderazgo en la consecución de nuestros objetivos.»
Cerdo, viviendo su mejor vida.
Agricultura, nacido y criado
«Crecimos en un rancho», me dijo Jake una tarde soleada cuando hablé con él sobre su nuevo cargo. «Mi padre tenía una granja, así que mi hermana y yo nos formamos en agricultura por el hecho de ayudar mientras crecíamos».
Jake disfrutaba tanto aprendiendo sobre agricultura que se convirtió en un participante activo de Future Farmers of America (FFA). En el instituto, fue uno de los pocos que ganaron el Texas Lonestar FFA Degree, el premio más prestigioso que ofrece la FFA.
«Era como una educación universitaria», me dijo Jake. «Para cumplir los requisitos, tuvimos que realizar muchos proyectos diferentes relacionados con la cría de ganado. Era mucho: llevar recibos, mostrar pérdidas y ganancias, juzgar el ganado y muchas cosas más», explica.
Una niña y su cerdo.
Cowboy Up
Después del instituto, Jake fue a la universidad con el objetivo de enseñar agricultura algún día, pero mientras estaba allí se dio cuenta de que no era exactamente lo que buscaba y se marchó para encontrar su verdadera vocación.
Consiguió trabajo en un rancho y describió su trabajo como «ya sabes, cosas de vaquero. Hacía de todo allí».
Jake arreaba ganado a caballo, realizaba un puñado de trabajos que exige la vida en un rancho y disfrutaba de la vida.
A principios de 2015, después de vivir la vida de vaquero durante un tiempo, Jake se mudó a Canyon, Texas, justo al sur de Amarillo, y consiguió un trabajo para Siemens en Vega, su primer empleo eólico.
En 2019, Jake estaba en Panhandle Wind, trabajando para Siemens como técnico.
«Mi mujer, Kelsey, y yo acabábamos de comprar una casa cuando se abrió la vacante para el puesto de Assistant Facility Manager. Para mí, pasarme a Pattern fue una transición natural, ya que nos llevamos muy bien con Siemens y otras empresas.»
Realizado por Jake para los Servicios de Protección de la Mujer, Lubbock.
Líder en Pattern Energy
Le pregunté a Jake qué le gustaba de trabajar para Pattern Energy y, ante esta pregunta, se quedó callado y pensativo.
«No estoy aquí para, ‘ocho y patinar,'» dijo Jake, refiriéndose a la gente que se presenta a trabajar ocho horas, hace lo mínimo y luego se va.
«Me has preguntado con qué disfruto, y me gusta trabajar con la tripulación», prosiguió. «Fui ascendiendo desde técnico eólico, y Pattern Energy me dio la oportunidad de avanzar en mi carrera y convertirme en director de instalaciones.
«A eso me refiero», continuó. «El equipo me ve y ve a alguien que se ha abierto camino, alguien que se lo ha ganado. Mi equipo sabe que si hay trabajo por hacer, no pediré a nadie que haga lo que yo no haga. Me ensucio las manos. Me gusta ser el primero en entrar en el campo y el último en salir. Eso es para mí el liderazgo. Estoy aquí para mostrar al equipo lo que es posible en sus carreras y ser un buen ejemplo de liderazgo en la consecución de nuestros objetivos.»
Jake y Avereigh
Familia
Jake y su esposa Kelsey tienen dos hijas -Avereigh, de 4 años, y Tenley, de 11-, cinco perros y un pequeño rebaño de cabras y cerdos.
Las hijas de Jake juegan al baloncesto, y la agenda familiar suele girar en torno a las actividades de las niñas.
«Fuera de los horarios de Avereigh y Tenley, hacemos muchas cosas con los animales y pasamos mucho tiempo al aire libre», explica.
Jake también practica el tiro al plato, y a la familia le encanta donde viven, en Canyon, Texas.
Hebilla, hecha por Jake
Artista vaquero
Jake me dijo que Palo Duro Canyon es el lugar de Texas donde se fabrican a medida espuelas, bocados y bridas para caballos.
«Mi padre me compró un par de espuelas cuando acabé el instituto», me dijo Jake. «Me encantaban y empecé a interesarme por la parte artesanal. Quería hacer espuelas siguiendo la verdadera tradición tejana, y eso significaba que tenía que aprender de un maestro.»
En un cuento clásico tan antiguo como el aprendizaje, Jake empezó a merodear por la tienda de un artesano cuando no estaba trabajando, haciendo preguntas.
«Al cabo de un tiempo, se dio cuenta de que iba en serio y empezó a encargarme tareas para él».
Jake trabajaría gratis para el maestro espolero, aprendiendo sobre la marcha. Con el tiempo, estuvo listo para empezar a fabricar las suyas propias, y ahora crea espuelas personalizadas, hebillas de cinturón, bocados y bridas, e incluso grabados personalizados en armas.
Como se puede ver en las fotos, Jake hace un trabajo increíble. Las espuelas que ves fueron fabricadas y donadas a los Servicios de Protección de la Mujer de Lubbock, que las subastaron en una recaudación de fondos.
«Disfruto mucho con el grabado y el arte», dice Jake. «Ver cómo la gente disfruta con mi visión y mi trabajo me hace feliz».
De cara al futuro, Jake es optimista. «Mi familia es feliz, y Pattern Energy es la empresa más familiar que he conocido», afirma. «Estoy orgulloso de nuestro trabajo, que proporciona energía a Texas, y estoy orgulloso de nuestro equipo».
Cuando nos acercábamos al final de nuestro tiempo juntos, terminó diciendo: «La vida es buena».
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