(Bloomberg) — El mayor impedimento para que Estados Unidos logre una red eléctrica más limpia no son los negacionistas del clima ni los grupos de presión de los combustibles fósiles; es la falta de líneas de transmisión. El país necesita urgentemente más conductos para llevar la energía eólica y solar y la hidroeléctrica a las ciudades.
Durante más de una década, proyectos multimillonarios de tendido eléctrico han luchado por avanzar, ralentizados o paralizados por la burocracia, el NIMBYismo o el inmovilismo general de la industria. Ahora, de repente, varios avanzan, y con ellos la perspectiva de una energía limpia recién desatada, así como de redes más resistentes frente a tormentas cada vez más peligrosas y olas de calor extremas.
Está SunZia en el Suroeste, TransWest Express en las Montañas del Oeste, Grain Belt Express hacia el Medio Oeste y Champlain Hudson Power Express hacia Nueva York, proyectos que en conjunto costarán al menos 13.000 millones de dólares. Algunos ya están encargando equipos caros, señal de su avance. SunZia y TransWest esperan iniciar la construcción este año.
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