Nuevo México está lidiando con el brote de Covid-19 en todo nuestro estado junto con el resto del mundo, y, si eres como yo y te quedas en casa para estar a salvo (espero que puedas y lo estés), es posible que estés pasando más tiempo de lo normal en las redes sociales y/o consumiendo noticias de todo el mundo que te mantienen ansioso y preocupado. El Presidente Theodore Roosevelt vivió una vida extraordinaria y superó muchísimos retos antes de convertirse en Presidente de los Estados Unidos. Tomó una cita de un libro y la hizo famosa: «Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés». Sabía por experiencia propia que las cosas pueden parecer demasiado difíciles, demasiado imposibles, y por eso aprendió a centrarse en la tarea que tenía entre manos. Mientras observaba las redes sociales, me di cuenta de una tendencia: amigos míos que nunca, o casi nunca, cocinaban su propia comida aprovechaban el tiempo en casa para experimentar en la cocina. Un periodista de tecnología que conozco (que no es cocinero) tuiteó esto hace poco:
Decidí dar el paso: me desconecté por la mañana, preparé el café y miré en la nevera. Comí cebollas, naranjas, pimientos dulces, un aguacate, bagels y huevos. Mi desayuno habitual suele ser una taza de café, así que me tomé mi tiempo y decidí disfrutar del proceso. Puse música, pelé mi naranja, corté mi aguacate y me sorprendí cantando al ritmo de la música. Revolví los huevos en una taza y metí el panecillo en la tostadora. La sartén se estaba calentando y, con un chisporroteo, eché los huevos en la sartén.Enseguida empecé a cometer errores: la tostadora no estaba programada el tiempo suficiente y al principio me preguntaba por qué no se cocinaba el panecillo. Cuando por fin ajusté el tostador al tiempo de cocción correcto, vi que mis huevos estaban empezando a cocinarse y mis verduras seguían en el plato. Mis sueños pandémicos de desayuno Top Chef se desvanecieron rápidamente, metí las verduras en los huevos, y luego vi que había hecho un montón de pimientos y cebollas en el centro. Esto fue un desastre, y me imaginé a algún chef famoso como Gordon Ramsey muy decepcionado conmigo. Conseguí esparcir las verduras, el café estaba hecho, y conseguí cocinarlo todo muy bien, y lo puse en el bagel a modo de sándwich. (¡Estaba delicioso!) Me senté al aire libre bajo el espléndido sol matinal de Albuquerque, tomé un sorbo de café y disfruté de unas rodajas de naranja y aguacate con mi sándwich de bagel. Sonreí por no haber quemado la casa y disfruté del desayuno en lugar de apresurarme o saltármelo por completo. Si no hubiera sido por nuestra época caótica, quizá nunca habría probado esto en mi día a día normal. Ahora lo espero con impaciencia cuando me despierto. Ahora me encanta desayunar cada día y puedo decir que bajar el ritmo no ha sido lo peor. En tu día a día, Nuevo México, intenta encontrar algo en casa que te dé alegría. Tal vez sea algo que nunca hayas probado antes, y puede que descubras que realmente lo disfrutas. ¡Eh, Nuevo México! ¿Tiene algo nuevo que haya hecho antes pero que ahora le guste? Házmelo saber, me encantaría que me lo contaras: [email protected]