Estos dos amigos y empresarios llevan trabajando con Pattern Canada en el proyecto Lanfine Wind desde el principio, y han aprendido mucho sobre el sector de las energías renovables, y entre ellos.
Christopher Poitras y Michael Stafford poseen y gestionan Akoda Land Ltd, una empresa de servicios integrales de adquisición y arrendamiento de terrenos. Cuando un proyecto o promoción busca terrenos para arrendar, Christopher y Michael ponen en contacto a propietarios y promotores.
Empezaron su negocio hace varios años.
«Trabajábamos juntos en otra empresa de intermediación de suelo y decidimos dejarlo y montar nuestra propia empresa en 2015», cuenta Christopher.
«Cuando empezamos, queríamos introducirnos en otro tipo de tierras fuera del sector del petróleo y el gas. Esto se debió a que el mercado del petróleo y el gas estaba yendo un poco mal en el lado de la tierra, por lo que estábamos buscando diferentes vías», dice.
«Pasamos varios meses investigando distintos sectores, entre ellos el de las energías renovables, y esa fue la dirección que elegimos. Lanfine Wind fue nuestro primer proyecto como contratistas independientes», explica Michael. «Han sido siete años y una gran experiencia de aprendizaje. Siempre estamos aprendiendo en el trabajo».
Lanfine Wind fue el primer proyecto que emprendieron cuando fundaron Akoda Land.
«Es bonito porque estuvimos aquí al principio de este proyecto y ahora estamos llegando a su finalización», dice Christopher.
Todo gira en torno a las personas
Aunque la tierra es una parte importante de su negocio, en realidad se trata de trabajar con otros.
«Trabajamos con la gente, básicamente relaciones públicas. No nos ocupamos necesariamente de ventas, sino más bien de adquirir terrenos u obtener distintos derechos de acceso para que los proyectos sigan su curso, así como de muchas consultas y comunicación», explica Michael.
«Establecer relaciones con los propietarios de los terrenos del proyecto y llevarlos a lo que sea que estemos construyendo o lo que sea el desarrollo en esos terrenos», continúa Christopher.
Años antes de que se levante una turbina, empresas como Akoda Land establecen conexiones y buscan emplazamientos para las estructuras.
«Empezamos elaborando y negociando los contratos de tierras entre los propietarios. Hay una gran variedad de necesidades y especificaciones. Así que nos reunimos con ellos para negociar los parámetros. Una vez adquiridos los terrenos, solemos pasar a la consulta de permisos de urbanización, donde hablamos con los propietarios que se encuentran a cierta distancia del proyecto para asegurarnos de que se han resuelto sus dudas o preocupaciones», explica Michael.
Crear una empresa
Convertirse en empresario no era algo que Michael viera en su futuro.
«Me opuse firmamente. Nunca quise ser empresario. Siempre quise ser empleado, ascender en la escala corporativa de una organización. Pero cuando surgió la oportunidad de crear una empresa, cambió mi perspectiva», dice Michael.
Como compañeros de trabajo en 2015, ambos discutían a menudo sobre cómo podían mejorar su trabajo.
«Hablamos mucho de las oportunidades que se nos presentaban y que no podíamos perseguir por nuestra cuenta. También pensábamos en hacer los procesos y procedimientos a nuestra manera. Eso fue lo que me impulsó a hacer las cosas por mi cuenta», dice Michael.
La historia es un poco diferente para Christopher, que se vio influido por el espíritu empresarial desde muy joven.
«Mi padre era autónomo y empresario, así que pensé que en algún momento de mi vida abriría un negocio», dice Christopher.
Pero en realidad fue Michael quien planteó a Christopher la idea de poner en marcha Akoda Land, que finalmente dijo que sí.
Propiedad y gestión indígenas
La experiencia del padre de Christopher en el mundo de los negocios y las relaciones con los indígenas le dio cierta perspectiva.
«Mi padre era contratista general, así que tenía su propia empresa de reformas y mejoras. Construyó todas nuestras casas y se encargó de las reformas. Después se dedicó a las relaciones con los aborígenes, hace unos 25 años. Trabajó mucho con varias Primeras Naciones de la provincia de Alberta», dice Christopher.
Aprender de la experiencia de su padre trabajando con comunidades indígenas fue de gran ayuda para Christopher y Michael.
«Las Primeras Naciones son una parte importante de nuestra historia. Ha habido muchos desacuerdos entre la industria y las comunidades de las Primeras Naciones. La experiencia de Chris, tanto del lado de los aborígenes como del de la industria, es muy útil para llevar a cabo el proceso con ambas partes», afirma Michael.
«Somos una empresa aborigen. Pertenezco a la Nación Métis de Alberta y ellos me ayudaron a entrar en el mundo de la tierra. La Nación Métis me apoyó en el programa de Certificado de Administración de Tierras y me ayudó a conseguir empleo al terminar. Empecé a trabajar en una empresa, pero enseguida me di cuenta de que me interesaba más la parte de agente que la de administrador. Así que me apoyaron y me ayudaron a obtener la licencia de agente de tierras», explica Christopher.
Las personas son lo primero
Aunque su empresa es pequeña, Christopher y Michael se centran en establecer y mantener relaciones con las personas y las comunidades con las que trabajan.
«Akoda está gestionada por sus propietarios y seguimos siendo nosotros dos. Aunque de vez en cuando contamos con apoyo administrativo», dice Christopher.
«Al pasar de empleado a propietario, pudimos ver la diferencia en el nivel de cuidado del trabajo. Queremos mantener eso, que las personas que trabajan sobre el terreno, las que ven los clientes, sean los propietarios que firman las cosas. Para nosotros es importante mantener eso», explica Michael.
«Nos interesa hacer un buen trabajo para nuestros clientes», dice Christopher.
Los polos opuestos se atraen
Christopher y Michael crecieron y viven en Alberta. Aunque tienen muchas cosas en común, también presentan algunas diferencias.
«Creo que lo bueno de Chris y de mí es que tenemos habilidades complementarias. Hay cosas en las que sé que soy débil, pero en las que Chris es muy fuerte, y viceversa. Así que podemos apoyarnos mutuamente en nuestros puntos débiles», explica Michael.
«Y conocemos los puntos fuertes y débiles de cada uno, así que podemos utilizar eso en beneficio de Akoda Land», dice Christopher.
Aunque empezaron siendo compañeros de trabajo y luego copropietarios, también se han hecho amigos.
«Hemos trabajado bien juntos durante los últimos siete años y casi diez desde que nos conocimos», dice Michael.