Ava Kuhn, de doce años, está teniendo un impacto significativo con su pequeña empresa.
En 2020 les dijo a sus padres que quería ayudar a la gente necesitada, así que empezó a hacer manualidades para venderlas.
«Se puso la máscara, fue de puerta en puerta y vendió artesanía en el barrio, diciendo que donaría el dinero a una organización benéfica. Intentamos decidir qué organización elegir. Fuimos a visitar el centro de acogida de mujeres de Medicine Hat, y fue la que eligió», cuenta Yolanda Kuhn, la madre de Ava.
Poco después, Ava empezó a fabricar bálsamos labiales.
«Teníamos un poco de vaselina y mi madre compró por Internet unos pequeños recipientes de pintura para que jugara con ellos. Empecé a mezclar la vaselina con colorante alimentario y algunos aromas. Luego mi madre me preguntó si quería hacer bálsamos labiales de la manera adecuada, y encontró una receta en Internet, y entonces empezamos a hacer bálsamos labiales», dice Ava.
Nace una empresa
«Papá probó el primero y le pareció bastante bueno. Me dijo que debería montar un negocio. Le pregunté cómo debía llamarlo y mi madre me sugirió Peachy’s Bee Balm», dice Ava.
Desde que Ava nació, su apodo ha sido «Peachy» (melocotón), y así se le ocurrió el nombre.
Trabajaron juntas en los primeros lotes, pero Ava quería hacer uno ella sola.
«La última vez que hicimos bálsamo labial, tuvimos que hacer el de menta. Le dije a mi madre que esta vez podría intentar hacer este lote yo sola. Lo que tenemos que hacer es sacar todos los ingredientes del armario, y luego ponerlos sobre la encimera, pesarlos y medirlos, mezclarlos y fundirlos, meterlos en tubos, limpiarlos, etiquetarlos y meterlos en una bolsa», explica.
Aprender por el camino
Ava y Yolanda dicen que un lote de bálsamos labiales tarda aproximadamente una hora en hacerse, pero no siempre es un proceso fácil.
«Una vez se nos olvidó un ingrediente. Estoy segura de que era aceite de coco», dice Ava.
«Los bálsamos labiales estaban demasiado duros, así que tuvimos que sacarlos de los tubos y fundirlos de nuevo», dice Yolanda.
Aunque han experimentado con sabores únicos como la cerveza de raíz y el chicle, Yolanda afirma que ha sido todo un reto trabajar con ellos. Por ahora, ofrecen bálsamos labiales original y de menta y dos con color: rosa shimmer y rojo shimmer.
Un año lleno de éxitos
Ava y Yolanda calculan que han vendido 800 tubos de bálsamo labial desde que pusieron en marcha Peachy’s Bee Balm hace un año.
«A finales de agosto hubo un Rodeo Juvenil y compraron un montón de bálsamos labiales para usarlos como premios, así que muchos niños de la comunidad recibieron alguno. También hizo algunos mercadillos navideños y le fue bien en esos eventos», cuenta Yolanda.
Una parte de cada venta se destina a una buena causa.
«Cuestan 3 dólares cada uno. Donamos 50 céntimos por tubo al Refugio de Mujeres de Medicine Hat, 1 dólar es para mí y el resto se destina a comprar suministros», explica Ava.
«Donó 400 dólares al refugio de mujeres en 2021», dice Yolanda.
Al entrar en su tercer año en el negocio, planean seguir apoyando el refugio de mujeres.
Crecer en el segundo año
Los bálsamos labiales Peachy’s Bee Balm están actualmente a la venta a través de su página de Facebook en algunas tiendas locales de su ciudad natal del sudeste de Alberta, y a través de su tienda Etsy .
Ava espera seguir recaudando dinero para organizaciones benéficas locales y, posiblemente, crear una cuenta de Instagram para su negocio.
«Ha sido muy inspirador verla ir a por ello. Lo de retribuir es increíble. Estoy muy orgullosa de ella», dice Yolanda.